Tiendita de los horrores (miscelánea)

Una actividad bastante interesante que se vivió en el primer día de las Jornadas Malditas fue la mesa Valenciana en el cual se hablo de la muerte, la fantasmal y lo fantástico, abordados desde distintas disciplinas: la filosofía, la historia y la literatura respectivamente.

El Dr. Ramón Bárcenas Deanda inició el conversatorio exponiendo la charla entre difuntos en la conocida novela Pedro Páramo como máxima experiencia de lo sepulcral. ¿Cuál es el punto clave de la obra, es decir, aquel que da fundamento al horror contenido en dicho texto? Es el miedo a morir de miedo, ha estar en contacto directo con lo sobrenatural, es escuchar el quejido de un muerto... O en en el caso de Juan Preciado, morir en el momento y sentir la experiencia recorriendo la carne se y la mente a cada instante mientras queda envuelto en este incesante murmurar de fantasmas.

Continuando con el programa de ponencias, el Dr, Javier Ayala Calderón nos habla de la consolidación del fantasma como un recurso del cristianismo para erradicar la idea impuesta por el protestantismo  de la inexistencia del purgatorio, pues si dicho "lugar" no existe, entonces los hombres pueden ser libres de tener una vida sin miedos ni preocupaciones a una pena en el más allá. Pero el cristianismo necesita echar mano de otras tradiciones para lograr su cometido, aprovechando grandes mitos y relatos y reconstruyéndolos para así crear una realidad no deformada, sino una realidad que confirma los hechos y da por hecho la aceptación de los modelos que afirman al fantasma como asible y existente.

Finalmente, el Dr. Rogelio Castro Rocha hizo una breve aproximación de lo fantástico en la obra de Francisco Tario, afirmando una interesante conclusión: los supuestos fantásticos en la obra de Tario pueden ser mecanismos que funcionan para explicar la realidad. ¿Pero qué es lo fantástico? Es la incertidumbre de la confluencia entre lo natural y lo sobrenatural, confundidos en un mismo universo. El lector de la obra de Tario, lo fantástico será esa vacilación de decisión entre qué es lo real y qué es lo ficticio. Para el lector será bastante aprovechable la obra del autor porque es quien tiene a fin de cuentas la última conclusión.