9 de mayo de 2015

¿Quién fue el Marqués de Sade?

“Imperioso, colérico, irascible, extremo en todo, con una imaginación disoluta como nunca se haya visto, ateo al punto del fanatismo, en resumidas cuentas así soy, mátenme otra vez o tómenme como soy, porque no cambiaré”. Marqués de Sade. (Beauvoir, 1966).


Primeramente, una disculpa por estar tan alejados del blog, hemos estado algo ocupados con deberes académicos, pero trataremos, en la medida de lo posible, de mantenerlo actualizándose, no solamente hasta el evento; la intención es traerles a ustedes pequeños regalos literarios para incentivarlos a seguirnos y estar al tanto de la evolución del evento, e incluso participar con alguna ponencia alusiva a la obra del Marqués.

Nuestro homenajeado de esta edición de las Jornadas Malditas, “El Divino Marqués” (reivindicado por André Bretón y los surrealistas) quizás algunos ya habrán tenido el placer (o displacer) de leerlo, algunos conocerán solamente su reputación, quizás algunos solamente “de oídas”, así que nos permitimos hacer una pequeña semblanza de esté espíritu indomable, de un autor furibundo; quizás quienes hayan tenido la curiosidad de remitirse a su obra, la hayan encontrado, a una primera lectura, nefasta o repulsiva (¿O por qué no? excitante, pero no así exenta de cierto asco y culpa) debido a la monstruosa cantidad de descripciones gráficas que poseen sus textos (y no solamente es la descripción por sí misma, sino la riqueza imaginativa para poner a los personajes en determinadas situaciones, por ejemplo, o la riqueza en el manejo del lenguaje, la elocuencia, su retórica para convencer), sin embargo, es mucho más que eso, no solamente fue un parteaguas en lo que pudorosamente llamarían después “literatura erótica”, y abriría un cauce del que manarían muchos autores clásicos de este género literario o abrevarían de varias ramas distintas en el Marqués para esta concreción de lo inmoral, sino que estaba impregnado por el espíritu libertario que imperaba en esa época; su escandalosa obra fue producida en un momento histórico de suma importancia, que sacudiría los cimientos de la civilización europea (y evidentemente refleja su efecto hasta la actualidad) la gloriosa Revolución Francesa. Sade concreta en su figura el espíritu de ese momento histórico tan importante, bebe del pensamiento de Rosseau, bebe del pensamiento de Kant, por sí mismo destruye el concepto de moral y, a su vez, construye una moral propia, según Georges Bataille en su libro El erotismo (1957) construye su propia filosofía, grita, maldice, blasfema, denuncia, critica lo absurdo de la sociedad, reflexiona, sin lugar a dudas fue una figura muy peligrosa para su tiempo, hablar del cuerpo, hablar de la sexualidad como parte de la naturaleza humana, en toda su diversidad y amplitud, abonaría terreno para el campo del psicoanálisis, para el estudio de las pulsiones sexuales, de las parafilias, entre otros aspectos de la sexualidad, ya sin hablar de su vena revolucionaria que avivaría los corazones franceses para moverse hacia los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, o bien la filosófica reflexionando acerca de temas varios como  la  virtud y vicio en la corrupta sociedad francesa del s. XVIII, la felicidad, la autonomía del individuo,  la libertad o el placer.

Resulta sencillo resumir su vida diciendo que fue un escritor “loco” con comportamientos inmorales que pasó 27 años de su vida en 11 cárceles distintas durante tres regímenes, sin embargo la historia es mucho más jugosa y picante que eso.


Esta es su historia…

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