La
filosofía del tocador.
Eugenia, una adolescente virgen que
acaba de salir del convento, es instruida por el degenerado Dolmancé y la
perversa Madame Saint- Angé en el hedonismo más absoluto, la vida libertina, la
búsqueda del placer y finalmente así, abrazar la única filosofía de vida
posible existente, esto es, el vicio. Construido a manera de obra teatral
(mediante diálogos), La filosofía…
nos va introduciendo a la corrupción física y moral de Eugenia, hasta la
devastadora conclusión. Sistemático, didáctico, explícito y exhaustivo en sus
descripciones de posiciones sexuales, blasfemias, descripciones de acciones,
etc. Logra mover al asco al lector o a la excitación más pura (o a ambas),
enriquece la lectura que (como una buena película pornográfica) no es
únicamente las ricas descripciones sexuales, si no que atraviesa la obra
niveles de lectura más profundos, como por ejemplo su posicionamiento ético y
moral, sus justificaciones para moverse al lado perverso y libertino, crítica a
la propia moral de la época, reflexiones filosóficas, el placer antepuesto a
todo (incluso lo que hablaría Georges Bataille en El erotismo, el egoísmo del placer, que es base fundamental del
deseo sádico), o, por supuesto, lo que mencionaba Klossowski sobre la lectura
robespierrana (Véase post anterior, ¿Quién
fue el Marqués de Sade?) como una respuesta al terrorismo que se engendró
en Francia durante esa época. De las obras más populares de este autor, pero
generalizarla como una simple obra sexual, es limitar mucho el mundo de Sade y
reducirlo a una mera pornografía explícita, y el Marqués es más que eso.
Gracias a Mayela (quién si sigue el blog
lo leerá) por la imagen, otra víctima más que cae en las garras del Marqués.
Este es un pequeño fragmento en el cual Dolmancé es penetrado por El Caballero
de Mistival, y eyacula dentro de él.
Vamos adelante con las Jornadas...Y "Que no quede parte ociosa"....
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